De lo tangible a lo intangible: La evolución de la inversión empresarial
Pequeña píldora basada en una entrevista de Michael Mauboussin
En una reciente entrevista, el reconocido estratega de inversión Michael Mauboussin ofreció una visión profunda sobre cómo la inversión empresarial ha evolucionado desde un enfoque en activos tangibles hacia uno dominado por activos intangibles. Este cambio ha redefinido no solo la manera en que las empresas operan, sino también cómo los inversores deben analizar y valorar las oportunidades en el mercado actual.
Escalabilidad y crecimiento acelerado
Una de las ideas clave que Mauboussin expuso en la entrevista es la capacidad única de los activos intangibles para escalar rápidamente. En lugar de depender de la producción física y los altos costes asociados, los activos como el software o la música digital pueden distribuirse globalmente a un coste casi nulo. Esto permite que empresas basadas en activos intangibles crezcan a un ritmo mucho más acelerado que las compañías tradicionales basadas en activos tangibles (maquinaria, terrenos, edificios,…).
Sin embargo, este tipo de activos también conlleva un riesgo significativo: la rápida obsolescencia. Mauboussin advierte que, así como un software puede dispararse en popularidad, también puede ser reemplazado por alternativas más innovadoras en un corto período. Este ciclo de vida acelerado es uno de los desafíos más complejos de la inversión en activos intangibles. Por eso es realmente importante el analizar con detenimiento la capacidad de retención y los costes de cambio de los clientes.
Esto nos lleva a que la dinámica de inversión en capital para aumentar la producción o ser más eficientes no siga las etapas tradicionales. Al final los activos intangibles tienen una capacidad de mantener una alta rentabilidad muchos más años que la maquinaria, pues la empresa puede crear mejoras (I+D) o invertir en percepción de marca (Marketing). Si realiza estas inversiones con perspicacia puede mantener sus ventajas durante siglos. Es por ello que la percepción tradicional de las etapas de la vida de una empresa debe ser reinterpretado:
El desafío de la valoración
Otro de los puntos resaltados en la entrevista es cómo la transición hacia lo intangible ha hecho que las métricas financieras tradicionales, como la relación precio-ganancias (PER), sean menos útiles para valorar empresas. Los activos intangibles, como las marcas, la propiedad intelectual o la experiencia del cliente, no se reflejan claramente en los estados financieros, lo que puede llevar a distorsiones en la percepción del valor real de una empresa.
En este contexto, Mauboussin sugiere que los inversores deben enfocarse más en los principios de la inversión básicos: entender los flujos de efectivo y el retorno de inversión. Confiar únicamente en las métricas contables puede llevar a análisis incompletos o erróneos pues es vital entender la dinámica del sector y la capacidad de la empresa para mantener la capacidad de generar ingresos y mantener e incluso mejorar sus márgenes.
Un nuevo paradigma para la inversión empresarial
El cambio de los activos tangibles a los intangibles representa una transformación significativa en el mundo de la inversión. Si bien las oportunidades de crecimiento son enormes, también lo son los desafíos para aquellos que buscan entender el valor real de las empresas en esta nueva era. Adaptarse a esta realidad exige un enfoque de inversión más fundamental y una mayor conciencia de las limitaciones de las métricas tradicionales en un panorama empresarial impulsado por lo intangible.
Ahora, más que nunca, la inversión es más un arte que una ciencia.